Samael Magnum.
SUBLIMACIÓN DANTESCA
El paraíso no es un fin, sino un instante fugaz, lo suficiente para dar sentido al descenso y a la lucha por lo inalcanzable, en el interior de una consciencia abierta y subliminal.
ASTERISMOS
-Gira azimut 210°, eleva 45°. Encuentra a Betelgeuse, es la rojiza de magnitud 0.50 y desliza tu campo de visión hasta Bellatrix, de espectro B2V; desde allí, observa una línea de tres estrellas que corresponden al cinturón de Orión. En el otro extremo, un poco más alejada que Bellatrix, considera a Rigel, la azulada, y entre ella y el cinturón, ajusta la apertura del lente a f/5 para capturar su tenue fulgor. Ahora reduce el enfoque, deja que la luz se difumine… baja lento y sigue el destello más puro. Intenta tocarla, pero nota que no es una estrella, es un reflejo fuera del lente… el de un diamante sobre un anillo que espera tu respuesta.
FANTASMAGORIAS
En ocasiones, el amor no es una verdad, sino una ilusión transitoria, lo suficientemente compleja para confundir los sentidos y avivar anhelos construidos sobre conjeturas, propios de una inconciencia saturada de fantasías mórbidas, ensoñaciones espectrales o alterada por delirios inducidos.
APOTEOSIS
En ocasiones, un hombre no es solo carne, sino un espectro transfigurado. En trance, su cuerpo desafía la razón, su voz resuena con ecos profundos y su mirada encendida, perfora la vigilia de su entorno. Elevado entre lo humano y lo divino, inspira reverencia y pavor, como si los dioses hablaran a través de su febril ascensión.